jueves, 31 de agosto de 2017

Experiencias Residentes PIR 11. DESPEDIDA Y ABRAZO

(Por motivos de confidencialidad y privacidad no nombraré diagnóstico ni otros aspectos relevantes de índole personal del paciente que pudieran perturbar su intimidad)

El abrazo, definido en el diccionario como: acto de rodear con los brazos a alguien o de hacerlo dos personas entre sí como muestra de afecto, cariño, felicitación, etc;  y que defino yo como;  aquel acto que puede ser hacía otra persona u puede ser en conjunto; ese "arropar" que suena a cariño, apoyo, y "amor".

Bien, el otro día una de las pacientes que llevaba en el servicio de la tarde, la unidad de estancia corta de psiquiatría (UEC) se fue de alta. Había estado dos semanas ingresada y desde el principio la estuve viendo yo. La evolución de la paciente estaba siendo muy buena y se propuso a psiquiatría hacer un permiso de fin de semana previo al alta médica. Una vez hablado se aprobó. La paciente salió de permiso un Viernes y tenía límite para volver un Lunes a las 10:00 de la mañana; a las 8:00 ya estaba en la unidad acompañada de su pareja. Esa misma mañana paciente y familiar hablaron conjuntamente con el psiquiatra para comentar como había ido en casa  (yo iba a ir a la unidad por la tarde).

Cuando llegué leí en el curso clínico que en casa había ido muy bien y que el alta estaba prevista para esa misma tarde.

Llegó la hora de hacer una última sesión y con ello una buena introspección del ingreso para valorar, de manera explícita, la evolución que había tenido. En esta sesión también se contemplaría reforzar todo lo trabajado en las sesiones con el fin de sostener determinadas pautas en su domicilio, una vez dada de alta. 

Dimos por concluida la sesión y agradecida se marchó a la sala esperando que llegara su pareja para recogerla. Llegó la pareja y la enfermera me avisó de que me llamaban.

La paciente me dijo (ya cambiada con ropa de calle, justo antes de irse de la planta), GRACIAS y me abrió los brazos invitándome a un abrazo, evidentemente lo acepté. 

Le di  ánimos y mucha fuerza, y le dije, “quiere, puedes”, mirándola a los ojos.

Acto seguido y mientras se dirigían hacia la puerta, sentía el estómago encogido; la sensación de lloro estaba a flor de piel.

Me llevé esta sensación de satisfacción y gratificación a mi casa, al día siguiente me puse a cocinar (fue un día duro y cocinar me relaja mucho) y me vino a la cabeza que podría ser buena idea poderos describir este acto y las sensaciones que despertó en mí tanto a nivel personal como profesional. Me decidí y aquí estoy, intentándoos transmitir a través de estas palabras un acto maravilloso que vino solo, sin esperar y que fue tan gratificante que por ser "el primero" creo que nunca olvidaré.


BARBARA CITOLER NAVAL , Residente PIR

Me llevé esta sensación de satisfacción y gratificación a mi casa, al día siguiente me
puse a cocinar (fue un día duro y cocinar me relaja mucho) y me vino a la cabeza que
podría ser buena idea poderos describir este acto y las sensaciones que despertó en mí
tanto a nivel personal como profesional. Me decidí y aquí estoy, intentándoos
transmitir a través de estas palabras un acto maravilloso que vino solo, sin esperar y
que fue tan gratificante que por ser "el primero" creo que nunca olvidaré.
Bárbara

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