jueves, 9 de febrero de 2017

El PIR: esa experiencia vital.



Por Rosa María González Díaz, Profesora y tutora de orientación de CeDe

Capítulo 1: Las primeras decisiones..... son las que cuentan
Si estás leyendo esto seguramente ya sabes que significan esas mágicas siglas que aparecen en el título...PIR: Psicólogo Interno Residente. Y seguro que también sabes qué puede significar obtener el título de Psicólogo Especialista en Psicología Clínica. E incluso es muy probable que estés planteándote tomar algunas decisiones importantes respecto a tu futuro profesional dentro del ámbito de la psicología y buscando respuestas a preguntas difíciles: ¿merece la pena empezar a intentarlo?¿o seguir intentándolo? ¿cómo puedo saber si este es realmente mi camino?
Pues vayamos por partes. En primer lugar: bienvenid@ al club!!!! Un club formado por cientos de personas diferentes pero con algo muy importante en común: la pasión y el respeto por la Psicología Clínica. Un club en el que participan, por ejemplo, quienes ahora mismo están intentando acceder, con mucho esfuerzo personal, a la única formación que les puede habilitar como Especialistas en Salud Mental. Y del que también forman parte residentes repartidos por hospitales de toda España que ya alcanzaron la meta en los últimos cuatro años. Y también personas que trabajamos ya como Especialistas en el Sistema Nacional de Salud y/o en el ámbito de la práctica privada y que intentamos ayudar a que, cada año, unos cuantos compañeros puedan convertirse en PIRes. Y profesionales de distintos perfiles que nos ayudan en esa labor y hacen posible que nuestro club siga adelante con su trabajo diario. Todas estas personas somos Cede.
Y Cede es el centro nacional de referencia para la preparación del examen PIR. Por muchísimas razones: por experiencia acumulada-llevan preparando futuros residentes desde hace más de 20 años-, por el equipo docente-todos Psicólogos Especialistas via PIR, con una formación académica y un bagaje profesional contrastables y de calidad- y el equipo de soporte-enormes por su experiencia y su dedicación-, por los materiales y nuevas herramientas que pone a disposición de sus alumnos-y que iremos conociendo con detalle en el siguiente capítulo-, por la apuesta constante por la excelencia y la defensa de la formación PIR....y por mucho más. Pero ya seguiremos ahondando sobre ello más adelante.
Quisiera dedicar el resto de este texto a compartir con vosotr@s una experiencia que refleja el camino personal que seguí para contestar a esas primeras preguntas difíciles a las que hacíamos referencia al inicio. En mi caso, yo ni siquiera tenía muy claro que significaban esas siglas....¿Qué era eso del PIR? Y desde ese primer momento de duda, Cede vino en mi ayuda. Me explicaron con muchísima claridad el camino que irremediablemente habría de recorrer para llegar a lo que iba a convertirse en mi profesión: la Psicología Clínica. Y lo hicieron contestando todas mis preguntas y calmando mis primeras inquietudes, con cariño y paciencia pero de manera sincera y rigurosa.

Y es que esa es la primera elección importante: ¿clínic@ o no clínic@? Y estas algunas pistas que pueden ayudaros a pensar sobre el tema: si te apasiona la psicopatología, si te preguntas de donde viene el sufrimiento psíquico del ser humano y cómo tratarlo, si te imaginas estudiando e investigando sobre Salud Mental como parte de tu trabajo diario....este puede ser tu camino. Lánzate: merece la pena, mucho más de lo que ahora crees. El PIR es una experiencia profesional y personal única que puede cambiar tu vida. La mía la cambió. Y cada día me siento feliz por haber tomado esa primera decisión. Y agradecida a quienes me ayudaron a tomarla: gracias Cede. Sin vosotr@s no lo habría conseguido!

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