jueves, 19 de enero de 2017

¿Realmente son adictivas las drogas? .

Algunas claves para entender las adicciones y su tratamiento.
Todos hemos escuchado eso de que hay ciertas drogas que generan más adicción que otras y, sobre todo, que tienen el poder de convertir a aquel que las prueba en adicto. Pero, ¿cómo de cierto es esto? ¿puede una droga generar adicción en cualquiera que la consuma?

Esta es una creencia muy arraigada entre la población general, pero lo cierto es que los datos nos demuestran que apenas un 20%  de aquellos que consumen una sustancia, incluso las más controvertidas, se convierten en adictos a esta. Pero ahí no acaba la cuestión, ya que estamos acostumbrados a hablar de adicción a sustancias como la cocaína o el alcohol, pero también conocemos que recientemente se han incluido en manuales diagnósticos de referencia adicciones conductuales, como la ludopatía o juego patológico y la adicción al uso del móvil o del internet. Sin embargo, aquí no resultaría tan sorprendente explicar que porcentajes similares de los usuarios de estos servicios acaban sintiendo tanta una dependencia.

¿Qué está en juego entonces? Si sólo algunas de las personas que se ponen en contacto con sustancias o situaciones potencialmente adictivas acaban quedando presos de su adicción, ¿qué determina que unos acaben “enganchados” y otros no? La realidad es que esta pregunta es objeto de múltiples investigaciones en los últimos años y podemos dividir en dos grandes bloques los esfuerzos por responderla: los que intentaban descubrir las bases biológicas de la adicción y los que buscaban explicar los mecanismos psicológicos de este fenómeno. Si partimos de la premisa de que la sustancia no tiene poder por sí sola de generar adicción, debemos analizar qué factores de la persona son los que llevan a que se acabe convirtiendo en un adicto.

Si nos centramos en los factores psicológicos, que de ningún modo podemos desligar completamente de los físicos, podemos afirmar sin género de dudas que existen personas con características de personalidad que tienen un mayor riesgo de convertirse en adictas. Cuando uno trabaja en unidades donde se abordan problemáticas relacionadas con las adicciones, sean del tipo que sean, se percata de que el perfil de una persona con mayor tendencia a presentar esta problemática es alguien que tiene una especial dificultad en el manejo y regulación de las emociones, presentando una tendencia a evitarlas y a buscar una satisfacción inmediata. Tienen también una gran dificultad para gestionar la demora de la gratificación y de convivir con las emociones y sensaciones desagradables en este transcurso. Por ello es frecuente ver cómo recurren a ciertas sustancias o conductas que se convierten en adictivas como una forma de huir de situaciones que les resultan dolorosas y que no se ven capaces de afrontar. Por tanto, existiría una combinación de un patrón de impulsividad, en relación con la búsqueda de satisfacción inmediata, y de evitación experiencial, en lo relativo a no ponerse en contacto con determinadas emociones.


Por todo ello, es especialmente recomendable en estos pacientes enfoques terapéuticos como el mindfulness, donde se trabaja la regulación emocional desde la aceptación de toda la gama de emociones que la persona pueda experimentar. Esto sin olvidar que una vez se dota a la personas de esta herramienta se puedan abordar aquellos temas íntimos y complejos de los que la persona huía constantemente. Se trataría de que, finalmente, el paciente pueda cambiar la relación que establece consigo mismo y que consiga unas vivencias más enriquecedoras.

Muchos habrán reparado en que lo expuesto aquí en relación a este trastorno sería aplicable a otros como el trastorno obsesivo compulsivo o a los trastornos de la alimentación, entre otros, dado que comparten una base común. Sin embargo, lo interesante, y lo que más va a beneficiar a los pacientes, no es tanto entender el funcionamiento según una determinada etiqueta, sino que estos tengan un lugar donde poder sentir y comprender cómo la forma en que estaban actuando les trae una serie de consecuencias y ofrecerles la posibilidad de experimentar nuevas formas de afrontar las dificultades que pueden surgir en la vida de cada uno.

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