viernes, 16 de septiembre de 2016

¿Es importante que un psicólogo haya hecho su propia terapia antes de dedicarse a la clínica?



Siempre se ha escuchado eso de que los psicoanalistas deben psicoanalizarse antes de poder atender pacientes, pero ¿realmente es necesario que cualquier psicólogo haga su propia terapia? Y, en todo caso, ¿cuáles son las ventajas de hacerlo?

En primer lugar, empecemos por analizar qué lleva a los psicoanalistas a pasar por el diván no menos de 3 días por semana durante varios años en el periodo de formación. El objetivo que se busca es doble; por un lado es la mejor forma de aprender a hacer terapia, ya que todo terapeuta comienza imitando a sus maestros con sus primeros pacientes. Además,  la idea es que el futuro analista podrá conocer mejor cuáles son sus propios conflictos, tomar conciencia de ellos y así no proyectar en el paciente su propia problemática o, al menos, ser consciente de cuándo esto puede ocurrir. De algún modo, lo que se busca es que el terapeuta esté tan libre de sus propias inhibiciones como sea posible, para así poder acercarse de manera menos sesgada al inconsciente de su paciente.

La pregunta que sigue es obvia, ¿si no soy psicoanalista ni pretendo seguir ese modelo debo hacer una terapia personal? La respuesta es que es recomendable hacer cualquier tipo de terapia –por supuesto, no necesita ser terapia psicoanalítica- si uno quiere dedicarse a la psicología clínica.  En este sentido, suele ser común que uno haga una terapia del modelo al cual pretende dedicarse; antes citábamos el psicoanalítico, pero también es frecuente que un terapeuta de familia sistémico analice su propia dinámica familiar en el contexto de una terapia personal. Las razones para hacerlo son muy diversas, pero se ha demostrado sistemáticamente que aquellos terapeutas que antes han pasado por el papel de pacientes pueden entender mejor las demandas de sus clientes. El ser terapeuta dota a la persona de un estatus muy poderoso y con una enorme capacidad de influencia, que puede ser usada de forma positiva, pero en ocasiones puede responder a otro tipo de cuestiones más relacionadas con la historia personal del terapeuta. Por ejemplo, si el paciente al que atiente un terapeuta tiene dificultades con los mismos asuntos que este, puede intentar buscar que su paciente lleve a cabo aquellas soluciones que él mismo no ha podido realizar y reaccionar de manera virulenta en caso de que no lo haga.

No podemos olvidar que al fin y al cabo una terapia no deja de ser un encuentro humano que progresivamente se torna más íntimo y en el que se analiza al paciente desde el bagaje e historia personal del terapeuta, como no podría ser de otra forma. Por ello, el requisito mínimo consistirá en conocer, mediante el tipo de terapia que sea, cuáles son los puntos de conflicto personales más importantes. Una vez hecho esto y abordadas estas conflictivas, podremos saber si estamos proyectando en el paciente necesidades propias, viviendo a través de él experiencias que deseamos o compensando carencias de nuestra propia historia.

Las consecuencias de no hacerlo aparecen incluso en terapeutas experimentados, que actúan deseos o intenciones, tomando actitudes radicales frente a decisiones vitales del paciente, diciéndoles directamente qué deberían hacer o oponiéndose firmemente a determinadas decisiones que corresponde al paciente tomar. Antes mencionábamos como ejemplo a los terapeutas de familia, en estos casos la supervisión de que no se caiga en este tipo de dinámicas ocurre en todo momento ya que estos son observados por otro equipo de terapeutas detrás de un espejo unidireccional. Con ello, se busca no sólo mantener la neutralidad del terapeuta, sino aportar puntos de vista diferentes con los que enriquecer las intervenciones que se estén realizando.

En cualquier caso, y como aclaración final, la terapia personal no constituye de ninguna forma una suerte de antídoto ante la mala praxis, de ningún modo. El terapeuta, llegado el momento podría actuar de forma negligente a sabiendas de que lo está haciendo, pero eso ya tendrá que ver con otras cuestiones independientes de la terapia que haya hecho… 

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