miércoles, 28 de agosto de 2013

EL NORMÓPATA. ¿MODELO A SEGUIR O PELIGRO PÚBLICO?


 El normópata. ¿Modelo a seguir o peligro público?
La adaptación a las normas socialmente establecidas es el criterio fundamental por el que la psiquiatría actual define qué es la salud mental. Esta es la filosofía en la que se basa la clasificación norteamericana de los trastornos mentales, el famoso DSM (del que justamente acaba de salir ahora la quinta edición) que se pretende convertir, tal como se ha dicho con frecuencia, en la biblia de la psiquiatría y la psicología clínica. Al definir de este modo la salud mental, se entroniza la figura del normópata, la persona perfectamente adaptada a su sociedad, como ideal, como modelo a seguir.
Sin embargo, si se plantea este criterio de que la salud mental se basa en el cumplimiento de las normas sociales, surgen inmediatamente toda una serie de preguntas. ¿Cuáles son esas normas? ¿Cómo podemos conocer cuáles son las apropiadas? ¿Quién tiene la potestad de dictarlas? La respuesta es que en el DSM, la delimitación de esas normas se realiza a través del consenso, del acuerdo entre los profesionales que hacen la clasificación. Dicho esto, se nos plantean de entrada al menos dos cuestiones inquietantes:
-¿Cómo se escoge de modo apropiado a los profesionales que dictaminan las normas a seguir, en un área como la de la salud mental, inmersa en un gran debate, con multitud de enfoques? La respuesta es que los profesionales que redactan el DSM están lejos de ser una representación del saber de los psiquiatras y psicólogos clínicos. Más bien son profesionales escogidos de modo sesgado, entre los que además no son infrecuentes, por ejemplo, los conflictos de intereses con la industria farmacéutica, las multinacionales de la sanidad, las aseguradoras, etc.
-¿Qué validez puede tener una clasificación psiquiátrica que se fundamenta en el consenso entre profesionales pero que no se basa en sólidos principios conceptuales y teóricos? Obviamente una validez limitada. Pero lo más inquietante es que se considera que tener en cuenta lo conceptual es algo que por lo visto, hoy en día, resulta demasiado complicado, poco práctico, anticuado, por no decir una soberana pérdida de tiempo. Así, el DSM hace gala de ser ateórico.
Se ha de señalar, de todos modos, que en el área de la salud mental existe un serio problema de fondo para hacer clasificaciones, sean del tipo que sean. La realidad es que no poseemos definiciones válidas de lo que son la salud mental o el trastorno mental, porque en ellas inciden numerosos aspectos sociales, culturales, biológicos… muy difíciles de delimitar. Pero ante este hándicap, en vez de asumirlo e intentar resolverlo, o por lo menos plantearlo, se rehúye el análisis y se considera que sano es el que cumple las normas sociales, el normópata, y asunto arreglado.
Ni que decir tiene que un individuo así, el normópata, el ciudadano que traga con buena cara lo que le echen, que no da problemas, hace las delicias de cualquier sistema de poder, ya que nunca lo cuestionará. Pero además, este modelo de conducta se presenta ahora supuestamente avalado por la ciencia y por lo tanto como irrefutable. Todo el mundo debe callar.
Sin embargo, este planeamiento de considerar que la persona sana es la que funciona “con normalidad” en la sociedad, contraviene una ley básica de la evolución: la diversidad, una estrategia que ha sido escogida por la selección natural porque constituye una garantía de supervivencia del grupo ante los continuos cambios que van teniendo lugar en la naturaleza y en la sociedad. Si todo el mundo funcionara igual, si todos fuéramos normópatas, nos extinguiríamos al tener un repertorio de conductas muy limitado. Así pues la evolución selecciona la psicodiversidad, lega, de generación en generación, un enorme número de posibilidades de conducta.
En la psiquiatría standard, si el sujeto cumple las normas, está sano, si no las cumple, está enfermo, y todos tan contentos. Así si un niño es movido, da guerra, lógicamente se le considera problemático y por lo tanto enfermo. (Recuerdo el caso de un niño que nos llegó al SAPPIR por el motivo de “se porta mal en clase”). O si un señor está triste y no cumple la norma social de producir y consumir se le considera enfermo. No se puede negar que el procedimiento es sencillo y fácil de aplicar, que simplifica muchísimo las cosas. La vieja psiquiatría europea, llena de disquisiciones y matices, de debates conceptuales, se ve hoy como algo pesadísimo, estéril, una etapa felizmente ya superada.
Obviamente esta definición de la salud como cumplimiento de las normas deja fuera a muchísima gente, dado que existe una gran psicodiversidad, y tal como se va viendo, cuanto más se profundiza y desarrolla este criterio de la normopatía para definir la salud mental, cada vez hay más enfermos, cada vez hay más patologías. Lo cual, obviamente, no es difícil deducir que hay a quien le va que ni pintado.
Escrito por :

Joseba Achotegui

fuente: http://blogs.publico.es/joseba-achotegui/2013/07/28/el-normopata-modelo-a-seguir-o-mas-bien-peligro-publico/

lunes, 26 de agosto de 2013

Como crearte tu propio plan de estudio PIR?



El proceso para la preparación del examen PIR es bastante duro. Requiere mucha fuerza de voluntad, tiempo, esfuerzo y unas técnicas de estudio adecuadas. La persona constante, ordenada, disciplinada y automotivada puede conseguir el objetivo deseado. Aprobar el PIR supone un reto, una dificultad que no todos son capaces de superar, por ello conviene entrenarse en las técnicas de estudio más eficaces.

Puesto que has decidido preparar el examen PIR, debes concentrar tu vida durante unos meses a esta actividad. Tómatelo como un empleo que requiere un lugar y horario. Más horas de estudio no siempre implica mayor rendimiento. Lo que necesitas es, sobre todo, organización, planificación y mucha concentración.

1. MOTIVACIÓN
  1. Te tiene que gustar la psicología, sentir vocación por esa profesión. Debes estudiarla con gusto. Sentir placer por aprender y recordar psicología.
  2. Debes evitar a toda costa el desánimo por estudiar mucho. Planifica bien tu estudio. Estudiar según un calendario previsto que debes cumplir sin dejar los objetivos para otro día o recuperar horas en otro momento. No pienses en lo que queda, sino en lo que “toca” ese día.
  3. Mentalízate y piensa cada día que una plaza PIR es vital para tu vida profesional y debes sacarla en esa convocatoria.
  4. Piensa que el único método de obtener un buen número en el examen es estudiar más que los demás, sin subterfugios ni trampas en el estudio. Por muy inteligente que seas, de nada vale sin una disciplina diaria de trabajo.
  5. No debe acomplejarte repetir el examen PIR ni desanimarte. Vuelve a repasar la materia con más ahínco y tesón. Poca gente consigue objetivos exigentes en la primera ocasión. Date una segunda oportunidad con una preparación mejor planificada. Nunca repitas las mismas actitudes anteriores.
2. DONDE ESTUDIAR?

Debe ser una habitación suficientemente silenciosa, ventilada, cómoda, sin cambios de temperatura, exclusiva para estudiar. Es preferible con la puerta cerrada. 

Es conveniente estudiar en silencio, sin música, ruidos, televisión ni móviles (cualquier ruido distrae y dificulta la concentración). A los que les guste la música clásica, pueden ponerla a bajo volumen. La presencia de ordenadores, si no son imprescindibles para el estudio, es mejor olvidarlos durante el trabajo.

Hay que cuidar la luz y la temperatura de la habitación. Sin cambios bruscos de temperatura (no se debe tener sensación de frío ni de calor). Iluminada, preferiblemente con luz natural (o bien de color blanco o azul).

La mesa de trabajo debe ser amplia y la silla cómoda. Es conveniente que la mesa y la silla estén correctamente niveladas. Hay que estudiar sentado. La postura consiste en mantener la espalda apoyada en el respaldo de la silla y los apuntes a 30 cm. de distancia. Jamás estudiar retumbado en un sofá o recostado en la cama, ya que ello dificulta la concentración.

La amplitud de la mesa debe permitir disponer a mano de todo el material de estudio que se vaya a necesitar. Hay que evitar una mesa pequeña en la que estén los libros amontonados.

Se debe evitar:
  • Ir a casa de un amigo/a a estudiar porque normalmente se estudia poco, el tiempo apenas cunde. Y, a la inversa, no es conveniente que venga a tu casa. Evita compañeros pesimistas, con autoestima baja o percepción negativa de aprobar el examen PIR, son altamente destructivos…
  • Tampoco es recomendable trabajar en una sala de estudio o una biblioteca pública, ya que los riesgos de distracción y perder el tiempo aumenta considerablemente.
  • Trabajar en equipo para preparar una oposición como es el examen PIR no es una buena técnica. Al final se acaba en charla informal y no funciona como motivación mutua. Aunque los compañeros/as sean tus amigos/as, recuerda que vas a competir con ellos (en la Universidad se podía ser más “solidarios” al preparar un examen en grupo).
  • Se debe impedir horas de estudio "cómodas" o "entretenidas" porque en el fondo suelen esconder un desaprovechamiento del tiempo.

Consejos para tener un adecuado lugar de estudio:
  • Tener siempre el mismo lugar fijo para estudiar.
  • Tener un lugar de estudio acogedor, cómodo y bien iluminado.
  • Tener un lugar de estudio silencioso, sin ruidos.
  • Abstenerse de estudiar tumbado en la cama o sofá.
  • Estudiar todos los días de la semana en el mismo horario (de lunes a sábado).
3. HAZ TU PROPIO HORARIO DE ESTUDIO

El cumplimiento de un horario de estudio es uno de los mayores problemas con que se enfrenta el “estudiante”. Su cumplimiento estricto requiere una disciplina, constancia y voluntad que muchas veces es difícil conseguir por falta de hábitos de estudio, máxime cuando el psicólogo hace mucho tiempo que no “coge” los libros.

Un horario que cumplir nos ayuda a concentrarnos rápidamente, sin titubeos, sin dudas, de forma organizada y planificada. El horario que nos fijemos no es para planificar los estudios, es para ESTUDIAR. La pérdida de tiempo, los momentos “muertos”, las indecisiones, etc., hace que el tiempo “corra” sin haber obtenido un buen aprovechamiento del estudio.

El momento de mayor rendimiento para el estudio es por la mañana o por la tarde, pero también es verdad que depende de tus biorritmos. Si es posible, trata de organizar tu horario de estudio en estas horas para obtener mejores resultados. Otros prefieren estudiar por la noche. Aprovecha los horarios donde estés más acostumbrado y te encuentres más cómodo. 

El tener un horario fijo y un buen lugar de estudio nos obliga a cumplir, a dejar de perder el tiempo “pensando” cómo organizarnos y evitar los despistes de última hora. Todo ello facilita el rendimiento y eficacia del estudio, haciéndolo más agradable y creando buenos hábitos de trabajo.

En la preparación del examen PIR que es un repaso de toda la carrera no sirve ponerse a estudiar un día sí, otro no, ni cambiar de horarios por cualquier pequeña excusa. El esfuerzo eficaz debe ser continuado y fijo, de manera regular. Insistimos que la preparación del examen PIR es una oposición, una carrera de maratón y, sabemos los amantes del atletismo que los primeros puestos son para aquellos corredores que han mantenido un ritmo regular hasta el final. No quieras correr mucho al principio de la carrera, ni dejar todo para el final, mantén siempre un ritmo continuado. Y, aquí, cabría mencionar el caso de psicólogos que dejan todo el esfuerzo para el final, es decir, aquellos que inician la preparación del examen PIR 3 ó 4 meses antes de la fecha del examen. Recordar que la preparación es un periodo de 8-9 meses ininterrumpidos si queremos presentarnos con ciertas garantías de superar el examen. Y, durante ese tiempo, debemos cumplir un horario continuado y fijo hasta la víspera del examen.

Los descansos y la distracción son muy importantes. De nada sirve estar horas y horas delante de la mesa de estudio si no aprovechas el tiempo. Es aconsejable diariamente después de cumplir el horario “darse una vuelta” y distraerse un poco. Aprovecha el domingo para hacer algo de deporte, tómate un tiempo libre para otras cosas que te gusten. Sabemos que sin descansos, el rendimiento es menor.

Por otro lado, no estaría mal comentar el principio de realismo a la hora de confeccionar y cumplir un horario de estudio. De nada sirve diseñar un horario que no podamos cumplir. Sólo sirve para crear frustraciones y malhumor.

En nuestros cursos de preparación del PIR a distancia, recomendamos un periodo de 8-9 meses a razón de 8 horas diarias de estudio y 2 horas para realizar pruebas y simulacros (incluidos sábados). En total 10 horas diarias de dedicación a preparar el examen PIR. A este cómputo hay que añadir el tiempo dedicado al repaso diario, visitas a la biblioteca y otras actividades complementarias a la preparación del examen PIR.

Consejos de un buen horario de trabajo:
  • No te pongas a estudiar sin un horario fijo de estudio.
  • Cumplimiento obligatorio del horario de estudio, sin cambiar para nada.
  • Descansa. Cada hora de estudio, 10 minutos de descanso. Desconecta.
  • Empieza la sesión de estudio con un repaso de lo estudiado el día anterior. Termina la jornada de estudio con un repaso de lo estudiado ese día.
  • Aprovecha los sábados por la tarde para autoevaluar los objetivos propuestos.
4. DESCANSAR

Veamos tres momentos en los que está especialmente indicado descansar:
  1. Al término de cada sesión de estudio de 50 minutos. Es conveniente descansar 10 minutos por cada sesión de trabajo. Dependerá del horario de estudio que hemos diseñado. Jamás acumular, reducir o aumentar los minutos de descanso, también esto es una disciplina. Estos descansos cortos nos permitirán desconectar brevemente para liberar la tensión acumulada, descansar físicamente y tener un breve momento para relacionar los contenidos que acabamos de estudiar. Está comprobado que si se descansa antes de cansarse, las fuerzas se recuperan antes.
  2. En el momento que observamos que estamos “saturados”, cuando no se aprovecha el estudio. A todos nos ha pasado… después de muchas horas de estudio sentimos que la cabeza o la memoria no da “más de sí”. No merece la pena seguir, es una pérdida de tiempo. No nos enteramos de nada. Cuando llegamos a esta situación es aconsejable hacer algún ejercicio de relajación, pasar a otra cosa, como por ejemplo hacer exámenes de test.
  3. Descansar en los momentos programados en nuestro horario de estudio. Aprovechar los repasos y actividades complementarias para relajarse. Especialmente dedicar el domingo para hacer deportes, excursiones, salidas de copas con los amigos, etc. 
Consejos para relajarse en los momentos de descanso:
  • Hacer ejercicios de relajación cuando se esté nervioso.
  • Realizar ejercicio físico y actividades deportivas (dos veces por semana).
  • Prestar atención a la alimentación.
  • Descansar y disfrutar todo el domingo.

viernes, 9 de agosto de 2013

Es cierto que los opuestos se atraen?

Hoy compartimos un post veraniego publicado por  en Psicología Cotidiana


Hoy hablaremos de uno de los mitos más vinculados a las relaciones de pareja y que más se han extendido en la conciencia popular. El mito o creencia de que “Los opuestos se atraen”.
¿De dónde y porqué ha surgido este mito? Estarás conmigo cuando digo que las películas románticas son posiblemente el género de cine más previsible que existe. No hay más que echar un breve vistazo a la filmografía más comercial y darse cuenta de que existe un patrón que se repite y que incluye la creencia de los opuestos. Verbigracia:
Chic@ de clase media alta, adinerada, con estudios, conoce y se enamora de chic@ de clase media baja, con escasos recursos, sin formación pero con talentos que el otr@ aprecia y le resultan la mar de atractivos. Tendrán una relación posiblemente en contra de la familia, amigos, destino o circunstancias de la vida pero al final, por regla general, triunfa el amor y nos alecciona  (o adoctrina, según se mire) moralmente. Para muestras un par de ejemplos clásicos:
En “Pretty Woman”, Edward, un multimillonario hombre de negocios aburrido y soso como el solo, se enamora de Vivian una cenicienta de saldo y esquina divertida y risueña que le da “vidilla”. En “Titanic”, Jack un muchacho de clase baja, artista y trotamundos se enamora de Rose, una joven adinerada, fina, con estudios y que no sabía escupir.
Por último (no es cuestión de alargar más esto, creo que se ha pillado la idea) en “Dirty Dancing”, Johnny, un experto profesor de baile y macarrilla de bar se enamora de Baby (tiene tela el nombre) una idealista, cándida e inocente adolescente que le encanta “bailar sucio”. Y así con un centenar de títulos más. Incluso desde pequeños se nos introduce esta idea, con películas de animación como “La Dama y el Vagabundo”, “Aladdin”, “La Cenicienta”, “La Bella y la Bestia“, “Pocahontas”, y un largo, etc. (Cuanto daño ha hecho Disney, pero esto se merece otra entrada).
Desde luego para que una idea se cimente y coja categoría de creencia popular tiene que calar y ser repetida durante mucho tiempo. De esto, la industria del cine sabe mucho. Si nos remontamos a 1934 podemos disfrutar de títulos como “Sucedió una noche” donde podemos comprobar que este esquema no ha cambiado en 80 años.
A las películas se le añaden series de televisión, música e incluso novelas (por ejemplo la recientemente famosa saga de Grey) que han llevado a que mucha gente esté convencida de que personas con formas de ser y creencias opuestas son especialmente propensas a atraerse entre sí (la famosa hipótesis de la complementariedad).
Encima tenemos una cultura popular en forma de dichos o proverbios que lo respaldan, ya sabes “los opuestos se atraen”. Pero esto no sería del todo justo ya que al igual que existe un proverbio para algo, existe otro para justamente lo contrario. Por ejemplo:
Tenemos por una parte “No por mucho madrugar amanece más temprano” y por otra “a quien madruga Dios le ayuda”. “El que no arriesga no gana” que no casa con “más vale pájaro en mano que ciento volando” o alguno menos utilizado como “cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía” que contradice al famoso “a caballo regalado no le mires el diente”. En el caso que nos ocupa al igual que habrás oído “los opuestos se atraen” también habrás oído “busca tu media naranja”. Entonces, ¿en qué quedamos?
Pero, ¿Te has preguntado alguna vez cómo emparejan las agencias de contacto? O ¿cómo te recomiendan amistad las redes sociales? ¿Crees que lo hacen buscando patrones comunes, gustos similares o que lo hacen buscando perfiles diametralmente opuestos? ¿Por qué lo harán así?
Pues parece ser que las empresas de éxito dedicadas a la búsqueda de pareja tales como Match,  eHarmony o loventine ponen en contacto a sus miembros en base a criterios de similitud (características de personalidad, actitudes, gustos, etc)  previamente definidos. ¿Pero qué dicen los estudios respecto a estas prácticas? Pues más bien poco. No hay evidencias claras sobre si son efectivas estas empresas y existen pocos estudios que lo aborden. De los últimos encontrados está el presentado por John Cacioppo, profesor de psicología en la Universidad de Chicago (EEUU), que indica que internet está alterando la dinámica a largo plazo de las relaciones de pareja, incluyendo el matrimonio. Llegando a decir que son más duraderos para parejas que se conocieron por internet. Y se queda a gusto. Pero ¿qué fiabilidad tiene unestudio financiado por un portal de citas, en este caso eHarmony? Me recuerda a los estudios de eficacia de fármacos llevados a cabo por la misma farmacéutica que lo va a comercializar. Un pelín sesgado, ¿no te parece?
Como hemos comentado, el mito está muy arraigado, incluso desde edades muy tempranas. La psicóloga Lynn McCutcheon encontró que el 77% de los estudiantes jóvenes estaba de acuerdo en eso de que los opuestos se atraen, consideraban que las personas más afines o parecidas eran más monótonas y por tanto menos atractivas.
Pues resulta que los estudios demuestran que las personas con rasgos de personalidad similares tienen más probabilidades de ser atraídos el uno al otro que las personas con rasgos de personalidad diferentes. Por ejemplo, en uno se demostró que las personas con un estilo depersonalidad tipo A (que se suelen describir como personas competitivas, ambiciosas, difíciles de llevar, conscientes del tiempo, y algo hostiles) prefieren parejas de citas que tengan su mismo tipo de personalidad, llegando a evitar otros tipos de personalidad distinto como eltipo B (personas relajadas, pacientes, poco competitivas y ambiciosas).
Parece que la tendencia a buscar a personas similares a nosotros también se da con lasamistades. Somos más propensos a pasar el rato con gente con rasgos de personalidad similares a los nuestros. Los estudios dicen que el grado de similitud en los rasgos de personalidad es un buen predictor del grado de atracción al comienzo de la relación y un buen indicador de la estabilidad marital y felicidad posterior. Otros estudios afirman que personas con el rasgo de personalidad “responsabilidad” (uno de “los 5 grandes”. También llamado factor de conciencia, relacionado con características como la confiabilidad o necesidad de logro, planificación de metas, etc)  es especialmente importante de cara a la satisfacción marital.
El estudio más reciente que he encontrado (de este año, interesante porque incluye interesantes mejoras metodológicas) advierte que, en términos de personalidad,da igual que seamos medias naranjas o polos opuestos ya que parece que no está asociado con un mayor o menor grado de bienestar general. Lo que parece que si tiene importancia es que los rasgos de personalidad de un miembro de la pareja (extroversión, estabilidad emocional, amabilidad, responsabilidad y apertura a la experiencia) son predictores significativos del mayor nivel de satisfacción del otro miembro de la pareja. Vamos que si eres una persona desordenada con tus cosas, desorganizada con tu tiempo y tareas, que no sueles hacer planes a medio, largo plazo mejor no te juntes con un/a maniátic@ del orden, porque la relación o durará poco o durará mucho pero mal.
En resumen, después de hacer una pequeña revisión podemos llegar a la conclusión clara de que abordar el tema en términos absolutos es un error, sobre todo en cuanto a cuestiones de pareja se refiere (“polos opuestos” o “medias naranjas”). Ya que a la enorme variabilidad intrapersonal (de cada uno de los miembros de una pareja, como su personalidad, gustos, actitudes, etc.) se le añade la variabilidad de la interacción interpersonal (entre los miembros de la pareja, habilidades y estilos de comunicación, empatía, etc) a lo largo del tiempo en relación a eventos de la vida cambiantes y no controlables.
Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es una media naranja, y que la vida tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta.
John Lennon.
Algo de incertidumbre tampoco viene mal, ¿no es así? Como dice nuestro refranero “quien no arriesga no gana”, ¿o mejor “pájaro en mano que ciento volando”? Elige el que más te convenga.
Artículos y libros relacionados (para los más curiosos):
  • Baron, R. A., & Byrne, B. (1994). Social psychology: Understanding human inter action(7th ed.). Boston: Allyn & Bacon. 
  • Furler, K., Gomez, V., & Grob, A. (2013). Personality similarity and life satisfaction in couples. Journal of Research in Personality, 47 (4), 369-375
  • Cacioppo, J. (2013). Marital satisfaction and break-ups differ across on-line and off-line meeting venues. Proceedings of National Academy of Sciences of the United States of America.
  • Lazarus, A. A. (2001). Marital myths revisited: A fresh look at two dozen mistaken beliefs about marriage. Atascadero, CA: Impact Publishers.
  • Lewak, R. W., Wakefield, J. A., Jr., & Briggs, P. F. (1985). Intelligence and personality in mate choice and marital satisfaction. Personality and Individual Differences, 4, 471–477.
  • Lillienfeld, Jay Lynn, Ruscio y Beyerstein (2010). 50 Great Myths of Popular Psychology: Shattering Widespread Misconceptions about Human Behavior. London: Willey-Blckwell.
  • McCutcheon, L. (1991). A New test of Misconceptions about psychology.  Psychological Reports: Volume 68, Issue , pp. 647-653.
  • Morell, M. A., Twillman, R. K., Sullaway, M. E. (1989). Would a Type A date another Type A? Influence of behavior type and personal attributes in the selection of dating partners. Journal of Applied Social Psychology, 19, 918–931.
  • Nangle, D. W., Erdley, C. A., Zeff, K. R., Stanchfield, L. L., & Gold, J. A. (2004). Opposites do not attract: Social status and behavioral-style concordances among children and the peers who like or dislike them. Journal of Abnormal Child Psychology, 32, 425–434.
  • Nemechek, S., & Olson, K. R. (1999). Five-factor personality similarity and marital adjustment. Social Behavior and Personality, 27, 309–317.